El gol suele decirse que es el táctico por excelencia en el fútbol.
Liniers insinuó protagonismo al comienzo, pero un impensado error defensivo
derivó en el tanto de Franco Romero, correctamente habilitado. Español sin
proponérselo se encontraba 1 a 0 a los 6 minutos. A partir de allí el trámite
fue otro. El nerviosismo se hizo evidente en el celeste, que en lugar de poner
la pelota contra el piso y asociarse en el toque corto, prefirió abusar del
juego aéreo, que indudablemente benefició a Español se sintió como pez en el
agua dejándole la iniciativa al celeste y tirando pelotazos a Franco Romero o
Guillermo Carrizo. La Topadora no tuvo la consistencia de otras tardes, dudó
atrás, no tuvo peso en el medio y quedó supeditado al aporte de Coassini, que
por derecha buscó encender el circuito con Cuevas, pero el riesgo para Cabral
fue escaso. Español no dio ventajas atrás, el sector de Santiago López fue
impenetrable, y por allí pretendió llegar Liniers.
El segundo tiempo no deparó demasiados cambios en el comienzo. Español
llegó a través de Franco Romero cerca de un poste y de Chiquillito, al que en
colosal tapada Monllor le impidió marcar el segundo. El panorama pintaba de la
peor manera. Pero promediando el período apareció una vez más el amor propio
del celeste, cuando el fútbol salía en cuentagotas. Los ingresos de Doracio y
Rizzo marcaron definitivamente la intensión de D’Angelo. Uno por afuera el otro
por adentro y en lo alto. Español comenzó a sufrir en el último cuarto de hora.
También a demorar con el oficio de varios de sus jugadores. Doracio malogró una
buena chance cabeceando por arriba del arco. La presión celeste, a los
ponchazos, sin claridad ni ideas, pero con temperamento abrumada a Español y
hacía presagiar un final emotivo. Allí apareció en escena el árbitro Gastón
Iglesias, que ya en el primer tiempo había tenido un par de errores no
influyentes, pero en complemento derrapó en jugadas decisivas, junto a su
primer línea, Nahuel Rasullo. Insólitamente expulsó a los 37 a José Banegas por
una infracción de amarilla sobre el recién ingresado Diego Aguirre. Cinco
minutos más tarde se produjo la jugada clave del partido que le hubiese dado el
empate al celeste: Pelota sobre izquierda hacia Doracio que arrancó habilitado,
centro al segundo palo y aparición de Rizzo para convertir. El línea Rasullo
apenas recibió Doracio había levantado equivocadamente el banderín. Iglesias
anuló el tanto. Exiguos cuatro minutos de descuento y peloteo sobre el área
visitante, remate de Ernesto Banegas y una mano españolista dentro del área
quedó sin sanción. Y el córner derivado tampoco. Un final tumultuoso, Coassini
también expulsado.
Liniers no fue el mismo de los últimos partidos. Lógicamente tuvo mucho
que ver su rival, que con inteligencia se encontró con un gol e hizo su
negocio, manejando con oficio situaciones, al amparo de un pésimo arbitraje.
Un paso atrás de La Topadora. El equipo esta vez no pudo manejar el
desarrollo como en otras oportunidades y reiteró la falta de sorpresa en el
área de enfrente. Dos largas semanas para preparar el próximo partido con la
necesidad de cambiar la imagen y sumar de a tres.
Por: Victor Marinelli
Por: Victor Marinelli
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