Liniers dio otra muestra de rebeldía y
carácter al igualar en el final frente a Dock Sud, y luego estuvo muy cerca de
ganarlo, manteniendo la curva ascendente.
Fue un partido atractivo de comienzo a fin.
Los dos equipos propusieron, al margen de no haberse generado demasiadas
situaciones de gol. Hubo buena intención, poca pierna fuerte y la idea de mirar
el arco de enfrente. Sorprendió Dock Sud de entrada, fortalecido en el medio y
peligroso arriba. El Celeste debió estar atento en defensa, sin embargo tras un
error en la salida de Allende el delantero Federico Rodríguez malogró una
chance cerca de un poste. La dupla Cuevas-Coassini pasados los 20 minutos
estableció diferencias por derecha, aunque impreciso en la última puntada. Una
gran combinación entre los nombrados concluyó en un centro pasado del volante
que no pudo ser definida eficientemente por Bordón, que ingresando por el
segundo palo cabeceó desviado. Sobre el final Pablo Lorenzo comenzó a erigirse
en figura con una atajada magistral ante un cabezazo de Cano. Liniers daba
señales de terminar mejor.
Como es habitual La Topadora trató de
acorralar a su rival en el complemento, tomando la iniciativa y proyectando sus
volantes. Cuevas tuvo una situación, pero cabeceó desviado y de contra el Docke
tuvo una muy clara por intermedio de Lutzky que Bordón evitó sobre la línea.
Liniers con la iniciativa, pero Dock Sud peligroso en las réplicas. El ingreso
de Screpis le dio mejor destino a los envíos sobre el área. Una nueva
intervención de Lorenzo evitó el tanto de apertura ante un remate de Cogrossi,
pero también Monllor fue exigido por una media volea de Lutzky. El partido por
momentos fue de ida y vuelta, Liniers presionaba, pero no podía quebrar a un
rival que alertaba. Imprevistamente a los 33 un zapatazo de Ruibal se le
introdujo a Monllor luego de pegar en el palo derecho. Fue un balde de agua
helada. El gol llegaba en el mejor momento de La Topadora. D’Angelo intentó el
último cambio ingresando Nicolás Horacio, pero el equipo no podía quebrar un
destino que parecía inevitable. Faltaba un minuto. Llegó un tiro libre para
Liniers a unos 30 metros del arco. Pero en el medio del campo cayó
inesperadamente Screpis quedando casi inmóvil en el piso. Bresba reclamó
urgentemente la ambulancia, comprobándose luego una seria lesión en la rodilla
que requirió llevarlo a un hospital cercano. El árbitro adicionó 7 minutos,
reanudándose con el tiro libre. Sorpresivamente se hizo cargo Monllor, y su
ejecución fue estupenda, venciendo con remate rasante sobre el palo izquierdo a
Lorenzo, para establecer el merecido empate. Liniers revivió y lejos estuvo de
conformarse. Los minutos siguientes lo tuvieron casi como exclusivo protagonista,
frente a un rival que parecía desconcentrado. Primero remató Cano dentro del área,
la mano de un defensor evitó que la pelota llegase al arco, pero Bresba no
consideró intención. Ya en el minuto final el arquero Lorenzo se consagró en
figura al evitar por dos veces seguidas el tanto en sendos mano a mano ante
Cano y Horacio respectivamente.
Un epílogo electrizante, Liniers por la
arremetida final hizo más méritos para quedarse con el triunfo, pero lo
anterior de Dock Sud fue también valorable por las armas nobles empleadas, y en
definitiva por su propuesta no merecía irse con las manos vacías.
Por: Victor Marinelli
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